La sangre palestina vuelve a teñir las páginas de los periódicos. La historia se repite entre pueblos que dialogan a cañonazos y se saludan con piedras. Al Fatah, Hamás o el Gobierno Israelí son metonimias de sus pueblos, no son el pueblo. La violencia anula toda posibilidad de diálogo y, lo peor de todo, no da soluciones sólo agrava los problemas que ya existían. Por ello, considero necesario reactualizar la "Política de la Noviolencia" de Mahatma Gandhi.
Hoy husmeando en una librería de mi aldea santiaguesa, he rescatado una antología que intenta sintetizar su importante y casi inabarcable legado intelectual. En las escasas páginas que he leído hasta el momento, he capturado ideas que deberían filtrarse por los atrofiados poros de las capas dirigentes.
En 1906, M. Gandhi puso en marcha una campaña de movilización de la comunidad india contra las leyes racistas del gobierno sudafricano que bautizó con el nombre de "SATYAGRAHA". El concepto se compone de dos términos sánscritos: satya (verdad) y agraha (fuerza), por tanto, es "la fuerza que nace de la verdad". Es decir, el poder interior que posee una persona para reividicar una injustica sin utilizar la violencia.
Ese es mi humilde deseo para un año que comienza: que por fin compartamos ese espíritu de justicia sin violencia.
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